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La llave para negociar

por Jandro Olmo

Y digo yo… que sí, que la llave la tiene hoy Carles Puigdemont, y que a buen seguro querría abrir con ella la puerta grande, que diría un taurino, y entrar no solamente él, sino acompañado de otras muchas reivindicaciones. Pero me temo que la primera de las opciones choca con el ordenamiento jurídico que no le deja demasiadas alternativas, pese a las idas y venidas de las gestiones judiciales por mucho que se eternicen.

Mucha ciudadanía catalana quisiera también recibir al ex presidente en loor de multitudes. Otra quizá no, y a otra no creo que le preocupe demasiado. Esta es la gracia de la diversidad y ojalá que cualquiera de las tres posturas merezca el reconocimiento y el respeto de las otras dos con las que no coincida.

A mí me rechina que alguien no pueda regresar a su país, claro que quisiera que volviera cuanto antes. Exonerado, presentándose ante la justicia primero, indultado después. Como sea, menos escondido en otro maletero. Esa vergüenza ajena ya la pasé una vez.

Árbitro decisivo

Lo que sí está claro es que los últimos resultados acaecidos tras las elecciones del pasado 23 de julio han colocado a Puigdemont en una posición de arbitraje que para sí hubieran querido otras formaciones políticas en España. Y con poder de decisión, aunque esa decisión recaiga sobre la gobernabilidad de un Estado que, él y su formación, rehúyen de plano. Lejos queda ya la “colaboración desinteresada” de aquella Convergencia Democrática de Catalunya de cuyos pechos bebió.

La llave para negociar

Junts x Cat y Puigdemont están en plena negociación. Bueno, a los catalanes nunca se les dio mal eso de negociar. Es probable que saquen tajada de un Pedro Sánchez necesitado de sus votos y, a día de hoy, con los apoyos apalabrados, pero todavía no firmados, de las otras fuerzas situadas a su izquierda y de la otra columna independentista en juego. Esquerra Republicana de Catalunya.

ERC es otro de los elementos a tener en cuenta en la ecuación por los miembros de JxC a la hora de las negociaciones, aunque su nombre, claro, no aparezca en ninguna de las reuniones ni en documento alguno. Elípticamente, los republicanos están en la mente y en la hoja de ruta de quienes tienen la oportunidad de “apretar” al Estado, a la vez que avanzan por la izquierda a los republicanos, que todavía se relamen las heridas de la debacle electoral y ven como el monopolio de la lucha independentista que parecían acariciar remite y rellena de nuevo la post Convergencia.

Y volver, volver

Esta claro que sobre la mesa de negociación girarán temas tan importantes como renegociar el Estatut, la amnistía para todos aquellos que responden ante la justicia por causas relacionadas con el “procés” y que se cifran en 4.000 personas. El tema referéndum parece que no se le espera. Sí a la rebaja en 20.000 millones de la factura del déficit fiscal.

Pero sobrevolando está la forma y manera en que se pueda llegar a un acuerdo sobre el tema de la amnistía. La suya. La de Puigdemont, digo. Patata caliente la que tiene que sostener el hoy presidente en funciones, porque a pesar de intentar influir en la administración de justicia con los instrumentos y personas de las que pueda servirse, no debe ser fácil derrotar el rigor judicial que aún se supone debe existir en la Justicia, recordemos uno de los tres poderes independientes de cualquier Estado que se precie y que no debiera ser nunca trufado. Ya, ya, lo sé. Tan solo un deseo, sí.

La llave para negociar

A la casilla de salida

Visto lo visto y dicho lo dicho, no sé yo si a o mejor le pasa por la cabeza a C.P. hacer servir la llave no para abrir, sino para cerrar y nos manda a todos a elecciones de nuevo. Esquerra ya tiembla ante la posibilidad, no sea que la pendiente por la que se deslizan hoy no cese y Junts x Cat enarbole la cualidad de la firmeza independentista y frentista ante el Estado, esa de cuya falta se acusa a los republicanos, y renazca tras el pseudo olvido en el que se instaló saliendo del gobierno. Y es que los dos, lo que se dice amigos, muy amigos, no lo son. Y el uno, sentado en Waterloo, ya atisba al otro a punto de pasar frente a él.

Ojo, cuidado que cierra la puerta. Igual le interesa más.

3 comentarios

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Alfons Solans Jordana 10/08/2023 - 19:30

Un artículo de interés, en el que advierto la intención de no perjudicar la convivencia, evitando los radicalismos pero admitiendo el deber de una justicia independiente. Enhorabuena! Aunque un servidor sea un poco más radical en los planteamientos. Todo aquel que infringe la ley debe ser castigado. Aunque tampoco estoy en contra de los indultos, pero una vez haya quedado claro que la Ley es la misma para todos. Y sí, es un galimatías….

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Alfons Solans Jordana 12/08/2023 - 16:18

Aunque si he de elegir entre JUSTICIA o CONVIVENCIA, me decanto, sin dudarlo, por la JUSTICIA. Para los poderosos, que disponen de medios para manipular a las masas, es fácil amenazar con “tensionar” la convivencia si la justicia no se aplica “a su manera”, es decir, protegiendo injustamente sus intereses.

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Josep Palau 21/08/2023 - 11:33

La llave la sigue teniendo Puigdemont, si quiere governar Sanchez.

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