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Putin no, gracias

por Jandro Olmo
3 min. de lectura

Y digo yo… que este Putin de las entretelas soviéticas la va a liar, eh. Esta madrugada se ha despachado con la amenaza de utilizar el armamento nuclear en esta sinrazón que es la invasión de Ucrania. Los arsenales nucleares están ahí y suponen siempre un peligro latente, aunque nunca nadie se arriesgara a nombrar la soga en casa del ahorcado. Putin lo ha verbalizado.

La culpa no es mía

Desde el inicio de la invasión, la diplomacia rusa ha venido poniendo sobre la mesa el riesgo de que se iniciara una Tercera Guerra Mundial. Las ayudas de Europa a Ucrania por un lado, y las sanciones económicas sirven como pretexto para justificar lo que se quiera. Yo ya parto de la base de lo injustificable que fue cruzar con “armas y bagajes” la frontera ucraniana para invadir el país vecino, pero entiendo que haya quien reparta culpas y señale a la OTAN como el “provocador” del temor ruso. Entiendo pero no comparto.

Nunca nadie admitirá que su ofensiva o sus movimientos se basan en propósitos expansionistas o conquistadores. Muy al contrario, las acciones bélicas siempre responden, de cara al exterior, a las supuestas amenazas recibidas desde fuera. Lejos del pensamiento del “zar” ruso nunca estuvo, creo yo, defender la integridad territorial de su vasto país. Una integridad que décadas atrás conoció desde las entrañas de los servicios secretos soviéticos y cuya unidad posiblemente añore.

El afán expansionista, la salida al mar y otros condicionantes geopolíticos (algunos de ellos seguramente se nos escapan) son, a mi juicio, los que ya desde la llamada “invasión suave” de Crimea en 2014, mueven a Vladimiro Putin a extender sus tentáculos sembrando la muerte.

Enquistamiento de la guerra

Putin

El desarrollo de la invasión rusa no ha sido todo lo satisfactorio que se esperaba en la jerarquía militar invasora. Quizá se esperaba más en la jerarquía gubernamental, porque las tropas rusas pronto supieron ver que no iba ser ningún paseo militar, que de guerra relámpago nada. Ambos bandos sufren hoy los efectos devastadores de toda guerra y la población civil ucraniana observa con impotencia como se destruyen vidas y ciudades y el éxodo alcanza cifras escandalosas.

Putin llama ahora a 300.000 reservistas y con ello se puede augurar que el fin de las hostilidades está aún lejos. La entrada en acción de ese número de movilizados no va a producirse de hoy para mañana, por lo que bien puede esperarse que pasen meses hasta que puedan ser utilizados. El enquistamiento de la guerra parece evidente.

La amenaza nuclear

Putin

Pero es que además de la movilización de reservistas, Putin se descuelga con la amenaza nuclear, con el despliegue de armas nucleares en Ucrania y con la convicción de utilizarlas ante la amenaza de Occidente que pretende socavar el Estado ruso utilizando a Ucrania como punta de lanza. Aquí todo el mundo amenaza a todo el mundo y nadie es capaz de revelar las verdaderas intenciones. Entretanto la energía que debiera servir para llegar a acuerdos, corre el riesgo de convertirse en explosiva e ineficaz.

Los efectos devastadores del estallido de una bomba nuclear se inician con la aparición de la onda expansiva, el calor intenso, la extrema luz y la radiación, así como el efecto de la ceniza radiactiva que se genera y que estaría a merced del viento para recorrer distintas distancias. El 90 por ciento del armamento nuclear mundial está hoy en poder de EE.UU y Rusia y un enfrentamiento de carácter nuclear entre ambas potencias significaría la eventual desaparición de la humanidad. Poder para ello tienen.

No obstante, todos los expertos parecen coincidir en que, en el caso de que las armas nucleares se utilicen, el escenario sería en Ucrania y las armas empleadas serían las llamadas “armas tácticas nucleares”, con un alcance no mayor de los 500 kilómetros. Aún así, hay que considerar que los efectos inmediatos de la explosión de una bomba nuclear son la muerte instantánea de todas las personas que se encuentren en un radio aproximado de tres kilómetros.

Se dice que nadie apretará el botón porque sabe que, inmediatamente después, se aprieta otro igual desde el otro lado, pero la Historia está llena de “iluminados” que destacan por su soberbia y su inconsciencia. Incluir a Putin en la lista… pues no, gracias.

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