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Más calor en otoño

por Jandro Olmo

Y digo yo que… cada año las previsiones para el otoño apuntan hacia una calentura económica contraria a nuestros intereses, entendiendo por calentura la que derrite los bolsillos de los curritos, paraditos y jubiladetes y les deja sin monetario que utilizar para el consumo, ese que todos los expertos dicen que es necesario para reactivar la economía; y por intereses aquellos que nada tienen que ver con el aguante físico de las temperaturas, sino con el sudor (en ocasiones frio) que produce la incertidumbre de no saber cómo se  llegará a final de mes.

más calor en otoño

El exagerado calor que llevamos soportando no va a ceder de momento y, lejos de amainar, pasado el mes de agosto tomará el relevo el otoño caliente, que ya se viene anunciando como la madre de los otoños calientes. Datos alarmantes no faltan. La inflación, que ya lleva un par de meses instalada en los dos dígitos, es fácil que llegue al 12 por ciento en el mes de octubre. La invasión de Ucrania, horror que no cesa, continuará dejando tras la estela de muerte que sufren los pueblos ucraniano y ruso (este último por obra y gracia de Putin) una serie de flecos que afectan a la economía. El suministro de gas proveniente de Rusia disminuido, cuando no clausurado en determinadas zonas por “casuales averías” en los gaseoductos o por razones de mantenimiento; el cereal almacenado en el granero del mundo que es Ucrania, saliendo a cuentagotas gracias a acuerdos que firman los beligerantes (¿habrase visto mayor hipocresía?) Yo te mato, tu me matas, pero no pasa nada, a ver como hacemos para ver eso del cereal.

La corbata para el otoño

Sea por A o por B nadie duda que el otoño que se avecina tiene visos de ser muy suyo y puede que no se parezca en nada a los anteriores. Nos obligará a poner atención en cosas que otras veces nos traían al fresco. Mañana igual no nos quitamos el jersey estando en casa y el termostato se fija más bajo. De momento hay quien cree que ya es suficiente con reunirse en mangas de camisa o, mejor, sin corbata.

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