En una conversación sobre biología, hace un tiempo, uno de los tertulianos expuso un concepto que en sí mismo me pareció fascinante. El “sentimiento mecánico”.
Defendía el que un ordenador suficientemente bien programado podría llegar a sentir como lo hacen los humanos, ya que nuestro cerebro funciona, a su manera, como un conjunto de circuitos y de puertas lógicas que reaccionan ante los estímulos que se presentan en sus sensores.
La primera impresión fue de resistencia romántica a la idea, ya que si eso fuera cierto, nada nos diferenciaría de una simulación informática y precisamente, esos sentimientos de los que nos sentimos tan dueños, son los que nos marcan como la “Criatura elegida” por la naturaleza.
Pese a ello, más tarde y tras una revisión mas profunda, no creo que nuestro compañero de mesa estuviera tan desencaminado. Al fin y al cabo, los estudios que reflejan la respuesta del cerebro en función de los estímulos recibidos son numerosos y los tratamientos con ansiolíticos han demostrado que se pueden suministrar los neuro transmisores en la cantidad y manera correcta, para corregir una percepción que no interese, convirtiendo nuestro cerebro en una especie de lienzo tridimensional en el que poder implantar un sentimiento, una idea,…
La IA y el sentimiento
Pero todo esto nos deja en un lugar algo incómodo cuando pensamos en los avances que la robótica y la inteligencia artificial están logrando.
¿Podría darse el caso de que en un futuro relativamente próximo nos hallaremos ante una entidad no biológica que reaccionase de la misma manera que un organismo vivo e inteligente?
Por que si eso puede ocurrir, es predecible que actuará con la misma reacción con la que actúa un humano -su padre programador- y esa acostumbra a ser el miedo.
Nosotros hemos vivido aniquilando a nuestros enemigos durante siglos, ahora no tiene por qué ser distinto.
Algunos científicos y pensadores del nivel del recientemente difunto Stephen Hawking, han predicho ya esa posibilidad.
Pero alejándonos de esas teorías destructivas vamos a a centrarnos en el “sentimiento mecánico” y en sus capacidades. Seria muy interesante a nivel científico comprobar como se comportan una serie de organismos no biológicos, en una sociedad gobernada por la ética en la que sus ciudadanos no fueran corruptibles mediante el sexo, la ambición, la falta de empatía,…
Esa sociedad simulada gracias a robots programados con ese “sentimiento mecánico” podría llegar a unos niveles de evolución exquisitos.
Nosotros como masones intentamos exportar a la sociedad una serie de valores con un éxito mas o menos discreto, de puertas para adentro somos conscientes de que tenemos también nuestras flaquezas y que no es tan fácil la teoría como la práctica. ¿Ha llegado tal vez el momento en el que la evolución filosófica y ética del hombre nos exija dar un paso atrás en pro de otros organismos que puedan gobernar el mundo sin nuestras limitaciones pero con nuestras posibilidades