Inicio S.·.F.·.U.·. Alertas en la Democracia (I)

Alertas en la Democracia (I)

por Joan Ramón Boj
3 min. de lectura

La base y la aceptación de la democracia moderna para la sociedad es la obtención de beneficios a largo término, al mismo tiempo que tiene voz y voto, y las personas son la base para el progreso social.

Parte del mundo occidental percibe que la democracia está en peligro. Cómo puede sobrevivir? Demasiada gente toma posturas antidemocráticas, haciendo peligrar un pilar que da gran fuerza a la democracia, como es la confianza en las instituciones públicas.

La base indispensable para la democracia radica en que los perdedores en elecciones y votaciones sepan aceptar dicho resultado, y esperen nuevas elecciones para tener su oportunidad. Si no se acepta esta premisa y se recurre a cualquier medio incluida la violencia, la democracia evidentemente se termina. La presunción y existencia de buena voluntad en cuanto a la decisión de la mayoría es una premisa indispensable para el éxito de la democracia. Los no conformistas con las resoluciones del conjunto, en la sociedad plural y democrática, necesitan canalizar sus opiniones de maneras otras que no sean violentas para tratar de que se consideren también sus criterios.

Alertas en la Democracia (I)

Cuando vemos derrumbarse los principios democráticos y su funcionamiento en algún país, podemos temer si ocurrirá lo mismo en el nuestro. Algo hemos de hacer para consolidar nuestros modelos. La política democrática necesita de modelos humanitarios para consolidarse; y hemos de actuar trabajando en nuestros propios modelos y no observar a los demás, esperando que sean otros los que hagan el esfuerzo en lugar nuestro y beneficiarnos por inercia colectiva.

Tenemos algún prototipo mejor que el democrático? Tampoco estaríamos obligados a salvar la democracia y perjudicar la dinámica del mundo, sí tuviésemos opciones preferibles. Actualmente no conocemos ninguna opción mejor, sin que ello signifique que no puedan crearse otras mejores, que ahora mismo, somos incapaces de atisbar. El futuro político nos es absolutamente desconocido.

La Regla de oro

Regla de oro o Ley de oro, o en su forma reversa negativa, conocida como Regla de plata, son denominaciones para un principio moral general y está implícitamente dentro de los valores que creemos tiene y debe tener la democracia. Se encuentra bajo distintas formulaciones en prácticamente todas las culturas, religiones y filosofías, como una regla fundamental. El primer escrito al respecto ya aparece en el Antiguo Egipto, y el filósofo de la Antigua Grecia, Epicuro le llamaba Ética de la reciprocidad. La Regla de oro nos dice que tratemos a los demás como nos gustaría que nos tratasen a nosotros. Sin embargo, tiene más fuerza la Regla de plata: no trates a los demás de la manera que no te gustaría ser tratado.

Otro ejemplo para entender algo más ambas reglas sería el siguiente: la Regla de oro nos diría: compórtate con tus padres como quisieras que tus hijos se portasen contigo; sin embargo, más potente sería el reverso de la regla, es decir la Regla de plata, que diría que no trates a los padres de la manera que no te gusta que te traten los hijos. La vía negativa (actuando por eliminación) es más efectiva que la vía positiva (actuando por adición) según Nassier N. Taleb, investigador en temas filosóficos de New York University.

Alertas en la Democracia (I)

La filosofía moderna, concretamente el racionalismo, despojó a la Regla de oro de su contexto religioso y la convirtió en fundamento de la ética entendida como sistema de principios universales de convivencia entre todos los hombres. En este sentido, Kant, Popper y Darwin, apoyan la universalización de la regla como conducta social y política. Se considera la Regla de oro, el punto de partida para la reflexión y elaboración del proceso que llevó a la formulación y declaración de los derechos humanos. La Regla de plata es similar en significado al juramento médico hipocrático, que reza: “primero ante todo, no hacer daño”.

Actividad o pasividad

La democracia puede fallar como sistema político si muchos temas candentes en la actualidad no se resuelven, tales como la guerra nuclear, el cambio climático, bioterrorismo, el incremento de la producción de drones asesinos,…etc. Que hacemos nosotros? Estamos paralizados por la indecisión. Otra cosa sería que tuviésemos otro modelo mejor que la democracia, que nos facilitase la actuación y decisión para su reemplazo, pero esto no es así.

Las democracias mundiales seguirán su rumbo no colectivamente sino individualmente. No sabemos a qué obedecerá la supervivencia de unas y la desaparición de otras. Que un país como los Estados Unidos pueda mantenerla, no significa a pesar de la globalización, que otros países asiáticos, latinos o europeos puedan mantenerla. Pensamos en su momento, que la revolución tecnológica en informática e información llevaría a las personas del mundo a conectar y compartir ideas facilitando un mejor entendimiento, pero no se ha logrado. Al contrario, los avances han hecho posible que las organizaciones extremistas hayan conseguido con el progreso tecnológico un medio para el apoyo de teorías conspiracionales, diseminación de hechos falsos y puntos de vista interesados sobre raza y religión.

Internet tendría que haber sido solo un aliado de la libertad y el conocimiento; y sin embargo, no lo ha sido.

De acuerdo con Nassim N. Taleb, la sociedad actual ha producido a un tipo de persona que llama “el intelectual pero idiota” como producto de la modernidad. Patologiza a otros por hacer y pensar cosas que no entiende, sin darse cuenta que es su comprensión la que está limitada. Piensa que las personas deben actuar según sus propios intereses y que él conoce los intereses de las personas. Cuando otros emprenden acciones que les interesan a ellos pero no a él, utiliza para ellos el término “ignorantes”, y sin duda sus actuaciones perjudican a la democracia.

Deja un comentario

Te va a gustar