Bajo el seudónimo de El Niño de La Hipoteca se esconde Guiu Cortés, autor del tema Alquitrán y carmín, un personaje adicto al optimismo, nacido en 1982 y en el Guinardó (un barrio de Barcelona), que lo único que intenta es componer un «puñaíco» de canciones para plasmar sus penas y alegrías. Después de años y años dando tumbos por diferentes conservatorios, escuelas de música, licenciaturas de humanidades sin acabar, instrumentos, horas de tocar en el metro de Barcelona, grupos varios y de diferentes estilos musicales se metió en la música de autor a raíz de una de sus últimas formaciones Lechuga en los tanatorios.
Aquí os dejo mi versión del tema y su letra.
Si alguna vez te besé más de la cuenta cuando yo cuento cincuenta tú le pones 20 más
Si me casé con tus besos oxidados por el humo del cigarro fue por que yo soy igual
Si me volví un adicto en serte compañía, quizás con demasía al parecer eres mi cruz
aún me acuerdo todavía que decías que sin mí tú no eres tú
Si no sé estar sin tus besos de soplillo, sin la falta de tornillos que tú me has hecho perder
Si no sé estar sin tu foto en el bolsillo sin las yemas de mis dedos esculpidas en tu piel
Si no sabía hacer la o con un canuto cuando al fin te conocí acariciándome la voz
en aquel viejo instituto en los lavabos tan pequeño y tan precoz
Quiero ser fiel al manual de los excesos, besarte los besos, pisarte los pasos, llenarme los vasos de ti
Y cuando me mates, cuéntales que no fui bueno, que estaba muy negro por dentro y
mi aliento alentaba alquitrán y carmín
Si me escapado ya diez veces este año de tus golpes y arañazos tu tortura de carbón
Si regrese tantas veces de mi huida porque el daño era más grande con la ausencia del dolor
Si me volví un adicto en serte compañía cada vez que regresé para jugarme la salud
Aún me acuerdo todavía que decías que sin mí tú no eres tú
Aún me acuerdo todavía que decías que sin mí tú no eres tú
Quiero ser fiel al manual de los excesos, besarte los besos pisarte los pasos llenarme los vasos de ti
Y cuando me mates cuéntales que no fui bueno, que estaba muy negro por dentro y
mi aliento alentaba alquitrán y carmín