La frase no es mía pero seguro que es verdad. Que la soledad da sueño no es de extrañar, y a determinadas edades, lo creo. La oigo cada vez que me pongo el video de Natalia Lafourcade que canta en una residencia de ancianos. Una abuelita, cuya voz puede escucharse al principio de la grabación, asegura que sí, que la soledad produce un sopor indescriptible e invencible. Los parpados pesan ya cansados de observar la vida durante tantos años y se cierran para dar paso al sueño, para dormir soñando, para soñar durmiendo. Para gozar de la soledad.
¿Sueño o insomnio?
Desde el punto de vista médico la soledad es un factor que favorecería el insomnio. Hallarse solo parece que fomenta la inseguridad y la indefensión y las noches se hacen eternas sin posibilidad de conciliar el sueño. El ser humano es, por convencimiento y no sé si por necesidad, sociable, y la sociedad aparece como el entorno necesario para desarrollarse, comunicarse e interactuar con los demás.
No obstante, el aislamiento que comporta la soledad voluntaria también es una opción escogida por determinadas personas que pretenden ahondar en su interior, en su “yo” esencial y que requieren del recogimiento y de la soledad absoluta. Este sería el caso de los ascetas, que en los primeros siglos del cristianismo vivían completamente en solitario, ayunando y rezando para lograr la perfección espiritual. Hoy en día una vida ascética no casa con ese extremismo y podría definirse como aquella que se lleva bajo las señas de modestia, sobriedad y austeridad.
Sentimiento de exclusión
Habría, por tanto, que distinguir muy bien entre la soledad deseada y la no deseada. A mi juicio es esta última la que guarda una mala relación con el sueño y le juega malas pasadas al descanso. La que existe cuando nos sentimos incomprendidos o excluidos, a pesar de estar rodeados, porque emocionalmente no nos reconocemos acompañados y quisiéramos estarlo. Es una situación que no tiene edad, y que a lo largo de la vida podemos experimentar, pero ciertamente se agudiza conforme ésta avanza y es en la vejez cuando se manifiesta en sus dos vertientes: la querida o la soportada.
Hoy no rechazo la soledad. Como tampoco reniego de la compañía pues me considero un ser sociable. Pero estoy a favor de los “retiros”, de mayor o menor duración, para hablar con uno mismo sin interferencias. De hecho confieso que algún experimento he hecho al respecto, intentando alejarme del “mundanal ruido” como una especie de entrenamiento para estar en forma ante el presunto futuro que suele ir acompañado de la soledad.
La anciana del video nos advierte, como aparente paradoja, que en la situación de soledad “me sobra tiempo”. Quizá cuando se da la imposibilidad de emplearlo porque faltan las fuerzas, la voluntad de terminar se enfrenta al tiempo que va pasando y éste se rechaza. No sé. Ojalá pueda contarlo en cualquier foro cuando pasen los años, y ya les diré.
Soledad compartida
Natalia Lafourcade, no obstante canta a la soledad del alma en comunidad con las personas residentes que la acompañan, tímidamente primero y convencidas después, y que expresan el deseo de encontrar una alma gemela con la que compartir la soledad y, en su caso, conciliar el sueño juntos. La cantante mejicana interpreta con gran naturalidad el bolero que es original de María Grever y que ha sido versionado por numeroso artistas. Se trata de un videoclip que consigue llegar a la fibra de quien lo ve y escucha.
Firmo hoy para que mañana, en el ocaso, si me encontrara en una residencia, alguien viniera a cantarle a nuestras almas solitarias y posiblemente soñolientas para despertar por unos momentos, compartir voces y emociones, y, si acaso, volver a soñar en soledad.
3 comentarios
Jandro que emocionant i que bé que descrius el sentiment de la soledat desitjada o no, m’agrada especialment el final.
Primer he llegit l’article i després he escoltat la cançó, hi ha molta sensibilitat i amor.
Que bé que escrius Jandro!
Jandro molt bona entrada, molt sentida. Natalia Lafourcade maravillosa. Quina veu!!!
Molt emocionant, malgrat que trist, tot el que descrius d’una manera tan real y tant perfectament escrit, com sempre.
Meravellosa la veu de Natalia Lafourcade.