“La guerra es muy mala escuela”. Yo diría que la peor de todas. Allí se enseña lo peor, se muestra la maldad humana vestida de intereses económicos, patrióticos, religiosos y de cualquier otra índole que se quiera. A la postre, maldad y muerte… Esa es la enseñanza de la escuela de la guerra, y el hombre, desgraciadamente, convertido en alumno aventajado.
Vivimos la barbarie nuevamente. Israel y Palestina ocupan hoy el foco que semanas atrás se dirigía hacia Ucrania y que sigue iluminando el terror. ¿Cuál será el siguiente punto del planeta que requiera la luz del haz infernal? Solamente son sombras las que nos rodean, mientras nos empeñamos en buscar responsables, agresores y agredidos y cuantificamos la gradación de la vida y la muerte en función de la edad de las víctimas, si llevan o no uniforme o si tienen más o menos razón quienes empuñaron las armas.
“No hay muerto que no duela”, ninguno de los bandos sale ganador, únicamente vence el dolor y entretanto las vidas desaparecen.
Condeno a todos y cada uno de los que toman partido por la razón de la guerra y no guerrean por la razón. Me quedo con la canción de Jorge Drexler y rescato una grabación para compartirla en la página como humilde contribución al deseo de paz para los demasiados conflictos esparcidos por el, ya de por sí, maltrecho planeta.
4 comentarios
Gracias Jandro. Volvemos a estar de acuerdo.
Muy bonita y muy actual, Jandro.
No la conocía y me ha encantado.
Abrazos
Cierto que es la peor escuela, pero es la que persiste desde los inicios de la humanidad, por encima de las que, en teoría, deberian ser las grandes expansoras de los conocimientos , de la educación y de la ética en el más amplio sentido de la palabra. Por contra, creo que no debe existir una sola etapa en la tierra en la que no haya existido un conflicto bélico. Lo único que cambia son las armas que se utilizan para derrotar al enemigo y la relevancia política y económica que comporte el enfrentamiento. Guerras simultáneas hay a porrillo, pero su magnitud mediática dependera siempre de quienes son los protas y si el resultado puede afectarnos en mayor o menor medida; no al ciudadano de a pie que, como persona humana, siempre se compadecerá (salvo excepciones, claro) del dolor ajeno, sino a los enormes intereses económicos que puedan reportar a los paises del “primer mundo” ya que, como todos sabemos, esta tierra está a parcelada con terrenos de primera, segunda y tercera categoría.
Es absolutamente vergonzoso e indignante ver la devastación, la mortandad y el sufrimiento de pueblos invadidos y masacrados, y que los políticos puedan cambiar el guión de la película para convertirlos en heroes o villanos según el rédito que puedan obtener. Auténticos carroñeros disfrazados con plumas de ave del paraiso .
La canción es una apologia fantástica de Drexler contra cualquier tipo de guerra, en la que los verdaderos perdedores son simples peones que no habian apostado en ninguna rifa.
La interpretación, como siempre, magistral, Jandro.
Nada más que añadir, la canción, con pocas palabras, lo dice casi todo. Tú voz y tu guitarra, el resto.