Y digo yo… que pronto nos mandarán a la cama sin cenar como paso siguiente si llega a salir adelante la iniciativa de la señora Díaz de hacernos cenar más pronto y adelantar la hora de cierre de bares y restaurantes. Erigida como factótum regulador de usos y costumbres, la señora ministra y vicepresidenta del Gobierno de España no encuentra razonable que cenemos tan tarde y nos acostemos a las quinientas, sobre todo porque, diríase, que no es europeo y, ahora que ella viaja tanto, ya sea a los cielos vaticanos como a los infiernos del capitalismo yanqui pues como que se ha dado cuenta de que que habría que regular eso de los horarios vespertinos.
Regular, que de eso se trata sin duda. Una afición que los gobernantes suelen practicar y que no seré yo quien descalifique, pues me parece saludable la necesidad de movernos bajo parámetros que establezcan derechos y deberes a tener en cuenta y que sean de aplicación general. Otra cosa es la creación y derogación de leyes con mayor o menor seriedad y no al albur de circunstancias coyunturales que transpiran, en ocasiones, intereses inconfesables.
Horas “razonables”
Yolanda Díaz pretende legislar acerca de los horarios nocturnos de cierre de bares y restaurantes y fijar alguna hora “razonable” para igualarnos a los hábitos europeos, como si fuéramos los únicos que mantenemos horarios “disparatados” en el continente. Si hay algo desigual en Europa, entre otras cosas, son los horarios de despedida y cierre. Algo tendrá que ver también la meteorología en todo ello, me parece a mí.
Veamos algunos ejemplos: Los que se sientan más pronto a la mesa para cenar son los habitantes de los países bálticos. Noruega y Finlandia se llevan la palma y lo hacen poco después de las cuatro de la tarde. Una hora más tarde suelen cenar en Suecia y Dinamarca. La noche en esos países llega pronto, dato éste no menor y que quizá sería bueno tener en cuenta a la hora de hacer los análisis. Tras estos lugares en los que nos parece inconcebible que se cene tan pronto se situaría otro grupo formado por Alemania, República Checa, Eslovaquia, Bélgica, Irlanda y Reino Unido que lo hacen entre las 18:00 y las 19:30 horas.
Se acercan ya más a nuestra franja horaria del ágape crepuscular otros países tales como Polonia, Ucrania, Francia, Croacia o Rumanía, donde ya se cena entre las 19:00 y las 20:30 horas. Nótese que nos vamos alejando de altas latitudes, y si llegamos hasta Italia, Grecia o Portugal ya nos encontramos, junto a ellos, a las mismas horas cortando jamón, esto es, pasadas las nueve y media de la noche. Todo ello lo certifica la cuenta especializada en publicar temas de interés geográfico europeo, @loverofgheography.
Como en botica, habrá opiniones para todos los gustos y, ciertamente tengo que decir que cada vez más adelanto mi hora de cena y me acerco a los galos en ese sentido. Será cosa de la edad, pero no reniego de sentarme a la mesa de un restaurante a las 10 de la noche, hacer una buena sobremesa, gozar de la fresca veraniega después de un buen yantar; y me cabrearía que me levantaran a la una, la verdad. Aunque quizá mi caso sea lo menos relevante pues, en uso de mi libertad individual, nadie me obligará a no freírme un huevo a las 12 de la noche, y tampoco tengo representatividad alguna.
Los restaurantes se oponen
Otra cosa son las consecuencias en un sector tan importante para la economía de esta porción peninsular como es el del turismo en general y la restauración en particular, que algo tendría que decir en caso de que se llevara a efecto una iniciativa que implica una adaptación social tan arraigada social y culturalmente. La vice dice que se ha reunido con ellos. Parece que no con todos, y eso de tener que bajar la persiana a la una de la madrugada pues no les hace ninguna gracia.
La verdad, no creo que la inquietud de la señora Diaz sume muchas adhesiones. Pienso más bien que la proposición huele bastante a humo que, oh casualidad, envuelve el actual panorama enrarecido y puede contribuir a la neblina que disimule otros enmascarados asuntos que no interesa tener en primer plano. Como el Guadiana, aparece de vez en cuando y muy oportunamente.
3 comentarios
Me parece que, como de costumbre, amigo Jandro has dado en el clavo.
Ese Guadiana que tanto aprecian los políticos.
Pues yo no soy muy dada a las imposiciones, y menos con los horarios, las reglas están bien pero a cierta edad me permito el lujo de saltarmelas, pero he de decir que ceno a las seis de la tarde y me sienta genial y duermo como un bebé. Saludos amigo
En nuestra casa solemos cenar de 8:30 a 9 por cosas de nuestra salud.Pero si hay que salir a cenar lo hacemos.Pero no trasnochamos mucho.Será que ahora lo podemos hacer