Inicio Y digo yo... No será fácil

No será fácil

por Jandro Olmo
3 min. de lectura

Y digo yo… que no va ser fácil. De ninguna manera. Los esfuerzos de la militancia socialista para reflotar la imagen del Partido que los representa van a ser considerables y la vuelta a la “normalidad” de una formación que había olvidado (parecía) los casos de corrupción que le afectaron en el pasado se conseguirá, entre otras cosas, porque no hay mal que cien años dure, y los sinvergüenzas pasarán, los actuales dirigentes también, y la ideología y sus, a menudo inicialmente, sinceros ejecutores tomarán el relevo, aunque quizá les espere una dolorosa travesía en el desierto.

Esta es la ley del péndulo que en política se promulga cada cierto tiempo sin remedio. Luego siempre aparecen determinados personajes en los partidos políticos que se encargan de malversar la imagen y procedimientos de formaciones que están pensadas para la prestación de servicios a la sociedad según sus postulados ideológicos, pero con una supuesta honradez que los acontecimientos nos demuestran que sólo se aguanta en los dossiers de sus programas.

No hay mal que…

No será fácil

Las miserias de unos redundan en bienes para otros, y la historia, con la memoria muy corta de sus protagonistas, de poco sirve para que aprendamos de ella. Este fin de semana los dos partidos mayoritarios del Estado español han celebrado Comité Federal el uno, y Congreso el otro. La efervescencia del Partido popular en su asamblea de compromisarios tomaba fuerza, hora tras hora, gracias a los bajonazos en el seno del Partido Socialista Obrero Español que no dejaban de sucederse ante un, cada vez más delgado, Pedro Sánchez; de manera que los populares apenas han tenido que esforzarse para dotar a su Congreso de argumentos convincentes en materias espinosas para la derecha, léase aborto, inmigración y otros en los que no hacía falta profundizar.

Ahora la pelota está en el tejado socialista que presenta una pretendida unidad en su Comité Federal, pero que está cubierto de tejas de estabilidad dudosa, cuando no precaria, pues el goteo de abandonos obligados del barco no deja de producirse. Pedro Sánchez, que se ve como capitán de la nave en tiempos de zozobra hace, y sobre todo dice, lo que tiene que decir: “vosotros me elegisteis como capitán de este barco y el capitán no se desentiende cuando viene mala mar”.

¿Quién maneja mi barca?

No será fácil

Cabria preguntarse si para conseguir estabilizar el barco socialista no sería necesario un relevo en el puente de mando. En algunos sectores socialistas se preferiría que el presumible naufragio se produjera antes de que el iceberg de las elecciones se encargue de dar el batacazo humillante. La resiliencia del presidente, no obstante, es seña de identidad de que quien lidera el PSOE que poco a poco ha ido perdiendo su concepción orgánica para acercarse a la del culto al líder, de tal manera que ya se ha acuñado el término “sanchismo” como reemplazo.

De hecho, Feijoo también se erige como tal, Abascal otro tanto, y Yolanda lo intenta, pero le cuesta porque está rodeada de “tiburones” que le disputan el pedazo de mar en la izquierda. Todo el mundo sabe ya que la democracia interna no es precisamente lo que prima en el seno de los partidos políticos. Del guardarse de tu compañero de partido que va detrás de ti en las listas se ha pasado a la irrelevancia de los órganos intermedios encargados de velar por el correcto funcionamiento, intra y extramuros. Las direcciones colegiadas no se llevan.

Le va a costar al socialismo español recuperar la imagen que debiera corresponderse con lo que su ideología más que centenaria reclama. Bueno, puede que le cueste al PSOE. Los miles de hombre y mujeres, socialistas de buena fe (algunos de ellos en labores públicas) no se merecen que el trabajo de tantos años pueda lanzarse por la borda de un barco que va a servir de poco al auge que la ultraderecha está experimentando en Europa.

Y aquí vamos y le abrimos paso con comportamientos que debieran ser patrimonio suyo.

1 comentario

Jose Ramón Casas 06/07/2025 - 14:24

Momentos difíciles para políticas de izquierdas solidarias y defensoras de lo público en un mundo donde las emociones primarias ,nada reflexivas, se abren paso en un entorno tecnodigitalizado. La alternativa al PSOE da miedo por su falta de sensibilidad por el ciudadano, véase Mazon o Ayuso y los muertos que cargan sobre sus espaldas. Y no hablemos de VOX y su política tardofranquista y negativista de toda evidencia científica o social. Que fràgil es la memoria!!!.

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