Para esta ocasión he querido preparar una alocución que nos recordase a las estelas egipcias de las que ya habláramos en reuniones anteriores al referirnos al símbolo, y apelar a la conciencia que nos acompaña siempre y, en la actualidad, nos interpela ante conflictos bélicos y catástrofes naturales. De esta manera, cada uno en su grado y condición obtendrá, si lo he conseguido, un mensaje para él y para su grado.
La muerte bajo escombros
Durante estos últimos días hemos observado con estupor como los terremotos sacudían países vecinos y como, en esas sacudidas, destruían todo lo estaba en pie. En el momento de preparar esta alocución, se habla ya en los medios de 34.000 muertos y seguramente serán muchos más cuando esta sea leída.
Como siempre, en todo suceso, tenemos la otra cara de la moneda, la eterna dualidad que a los masones y al hombre en general, nos acompaña en esta realidad. Incluso 9 días después de la tragedia, se han recuperado personas con vida, demostrando una capacidad de supervivencia humana fuera de los parámetros a los que estamos acostumbrados.
Esta proeza es en parte gracias a que miles de voluntarios de diferentes partes del mundo entre los que se cuentan bomberos, médicos, ingenieros y militares, han acudido al socorro del pueblo turco y sirio, aportando tecnología y recursos, pero también esfuerzo y trabajo personal.
Estos voluntarios, mediante su caridad han traído de nuevo la esperanza a aquellos que daban por perdidos a muchos de sus familiares o de sus personas amadas. Para los que no hemos participado de estas tareas de socorro y nos hacemos eco desde los sofás de nuestras casas, también ha habido aporte y enriquecimiento ya que nos han devuelto la fe que, a veces y solo a veces, perdemos al pensar en el rumbo actual de la humanidad.
Mientras tanto, los dos grandes bloques enfrentados en la tibiamente llamada “Guerra de Ucrania” han incorporado nuevos jugadores a la partida, con la aparición de globos espía chinos en espacio aéreo estadounidense, que inmediatamente fueron abatidos, en una escalada que recuerda a la antigua “Guerra Fría” y que nadie sabe dónde acabará.
Justicia equivocada
Los dos grandes bloques se distancian y Rusia promete vengarse de aquellos que le impidan anexionarse los territorios que considera que le corresponden justamente. Nosotros ya sabemos, tal vez Vladimir Putin no, que la justicia y la venganza siguen caminos diferentes.
Os presento brevemente estos dos escenarios, el del terremoto y el de la escalada bélica como otro ejemplo más de la anteriormente comentada dualidad con la que nos encontramos en esta realidad.
Pienso algunas veces de forma pueril, como sería tomar un café, hacer un cigarro y charlar un rato con el GADU.·., como le explicaríamos (para justificarnos, claro), como somos capaces de enviar militares e ingenieros a ayudar en una catástrofe natural en Turquía, cuando todavía tienen sangre de rusos y de ucranianos manchándoles las manos. Me pregunto si el GADU.·., después de ese ratito de charla, nos tomaría por bebés que no saben nada todavía del mundo que les rodea o, tal vez, por inconscientes que conducen cuesta abajo y sin frenos aun y viendo el final de la recta ante nosotros.
Tal vez la solución para todo lo que ocurre en el mundo, sea la enseñanza de maestro secreto y uno de sus temas principales, la conciencia.
Examinemos de vez en cuando nuestra conciencia y utilicémosla para auditarnos a nosotros mismos con el fin de comprender mejor lo que pasa en el mundo.
¿Que pensamos de nosotros mismos? ¿Nos gusta cómo somos? ¿Actuamos cómo nos gustaría que actuasen los demás? ¿Qué podemos hacer para corregir aquello que no nos gusta?