Cualquier exposición acerca de la conciencia admite matices e interpretaciones diversas. Del mismo modo buscar similitudes con elementos próximos y conocidos nos acerca, generalmente, a una comprensión más empírica de los conceptos que sometemos a análisis. En nuestros estudios medios, y haciendo un esforzado uso de la memoria y de algunos libros de texto, recuerdo que se decía que un vector es un segmento orientado con módulo, dirección y sentido. De modo somero, y llevando las ideas euclidianas del plano al mundo, puede decirse que el módulo hace referencia a la magnitud; la dirección al camino, y el sentido al lugar al que se dirige.
Todo establecido
De igual forma, si nos aproximamos a la Naturaleza al modo aristotélico en el que el determinismo adquiere una importancia relevante, observamos que, aparentemente, todo tiene un plan trazado. Podríamos establecer que bajo este prisma absolutamente todo lo que podamos observar tiene un camino definido. Un lugar al que dirigirse…aunque nunca hayamos podido averiguar el por qué.
De este modo, desde lo más pequeño (las partículas subatómicas girando alrededor de un núcleo, los átomos agregándose para formar moléculas) hasta lo más grande (las células eucariotas para formar individuos y los planetas en sistemas solares y estos en galaxias…)todo, absolutamente todo, tiene un comportamiento digamos que…vectorial. ¿Todo…? ¡No! Todo no. Una sola excepción: el Ser Humano y con él su CONCIENCIA.
Juez personal
Y si la conciencia es una propiedad exclusiva del ser humano, y podemos decir que es el modo por el que el individuo se percibe a sí mismo en el mundo que le rodea, nos obliga a pensar que es un conocimiento reflexivo de las cosas y de la actividad mental que solo es accesible para el propio sujeto. De esta forma, el hombre se hace responsable de sus actos de acuerdo con la concepción del bien y del mal.
Justamente, en la Masonería escocista, es la conciencia del Maestro Secreto, que convierte al MM en un hombre libre y determinación, pero propia. Es la conciencia la que está llamada a guiar nuestros pasos a lo largo de la vida y, si es necesario, la encargada de castigarnos de forma inmisericorde. Así pues, la conciencia se convierte en nuestro juez, que ya no podrá abandonarnos en toda la vida y como dicen los rituales del Grado, las enseñanzas acerca del Secreto, la Subordinación y la Fidelidad serán para siempre indispensables en nuestro trabajo.
Así pues, quizás no siempre sepamos cuál es nuestra meta, pero lo que sí sabemos es que el camino está trazado y que nosotros dirigimos nuestro destino, de modo vectorial, pero como la única excepción de la Naturaleza.
Finalmente, y volviendo a la importancia que tiene la simbología para la percepción de conceptos y su aplicación, recordemos la corona de laurel y olivo que aparecen en nuestro ritual. Los dos árboles permanecen con hojas verdes en invierno. El laurel simboliza la victoria y la inmortalidad. El olivo es el símbolo iniciático por excelencia en el Mediterráneo, y se asocia a la paz y a la luz. Y, MSM, “Ziza” significa “resplandeciente”.
