Jesús ha dicho: Hacedme conocer la piedra que los constructores han desechado: ella es la piedra angular”. (Logion 66).
Muchos podrán especular sobre el significado oculto que encierra esta frase. La simbología nos ayuda a bucear en verdades que superan la lógica o la razón, intentando entender por qué los fenómenos aparentes son hijos de unas causas intangibles, y por qué la intuición entrenada nos puede ayudar a entender ciertas verdades.
La piedra que los constructores desecharon no es otra que la piedra angular. En los antiguos manuscritos viene reflejada entre parábolas, dichos y logiones. En los rituales masónicos aparece como un hecho importante, dando paso a los rituales de Marca o al Arco Real. Las logias de Marca profundizan en la evolución que sigue el alma humana conforme se adentra en los misterios de la Iniciación, una especie de circuito simbólico donde profundizar en esas causas que originan Vida y Consciencia en nuestros mundos.
La piedra angular
La piedra angular es aquella que, por su rareza, los constructores desecharon. Solo los sabios podían comprender que aquello que rechazaban era la piedra que iba a sostener todo el templo. La piedra que sostiene los mundos.
Esto pasa a nivel psicológico. Cuantas piedras humanas no habrán sido desechadas por no ser comprendidas. Cuantas personas no habrán sido relegadas en nuestras sociedades avanzadas a la ignorancia y el olvido por no entender la genialidad de sus vidas. La sabiduría tiene sus peligros dentro de un mundo gobernado por la necedad. La conjura de los necios tiene ese poder destructor que hace que la luz no brille y que la virtud, sea pisoteada o ninguneada.
Desbastar la piedra bruta pretende sacar de nosotros mismos lo mejor, es trabajar en esa lucha incesante por eliminar las imperfecciones humanas y convertirnos así en piedras cúbicas, en piedras útiles para el edificio social. La construcción del hombre nuevo alejado del hombre primitivo, es algo que siempre ha preocupado a la ilustración de cada tiempo. El ser humano es capaz de lo peor y de lo mejor. Su obra moral pretende modificar sus instintos más primitivos para elevarnos ante la gobernanza de la consciencia. El conocimiento, el aprendizaje y el constante esfuerzo por ser mejores hace que nuestras sociedades se alejen de esos arcaicos parámetros de supervivencia para intentar integrarnos en una sociedad más justa y desarrollada.
Contra la ignorancia
Los cimientos interiores de la construcción moral son complejos. Cada tiempo determina sus bases, sus pilares, sus límites, siendo el objeto, la piedra angular, siempre la misma: la mejora humana. El hacer de un mundo bueno, un mundo mejor. Los sabios de todos los tiempos han intentado aportar luz a esa oscuridad humana, ya fuera mediante acciones o conocimientos. La lectura y el estudio acompañados de una sana meditación y una determinada acción, pueden ejercitar la construcción de ese templo interior, de esos cimientos que nos ayudarán a ser mejores y a crear un mundo mejor.
Por eso nuestras sociedades actuales desechan desde la ignorancia esa piedra angular, esa piedra que es la base del ser humano. Los constructores de este mundo que desechan la piedra angular, pretenden volvernos ignorantes y primitivos, guiándonos hacia las sendas de lo oscuro, de las luchas entre unos y otros, de las guerras entre hermanos. De ahí la necesidad de los sabios, de los genios, de los alumbrados e inspirados. Ellos conocen la piedra fundamental del edificio humano y ellos dan su vida para que dicha piedra sostenga todo el peso de nuestra existencia.